La fiebre es una respuesta del cuerpo a una variedad de estímulos, no solo infecciones. Aunque la infección es una de las causas más comunes de fiebre, hay muchas otras condiciones y situaciones que pueden desencadenar fiebre sin que haya una infección presente. Algunas de estas causas incluyen:
- Inflamación: Las enfermedades autoinmunes como la artritis reumatoide, el lupus y la enfermedad inflamatoria intestinal pueden causar fiebre debido a la inflamación crónica en el cuerpo.
- Trastornos del tejido conectivo: Enfermedades como la fiebre periódica asociada a la criopirina (CAPS), la fiebre mediterránea familiar (FMF) y la fiebre por TRAPS son ejemplos de trastornos del tejido conectivo que pueden causar fiebre recurrente sin infección.
- Cáncer: Algunos tipos de cáncer, especialmente linfomas y leucemias, pueden causar fiebre como un síntoma. Esto se debe a la liberación de sustancias por parte de las células cancerosas.
- Trastornos autoinflamatorios: Estos son trastornos genéticos que causan inflamación y fiebre recurrente sin una causa infecciosa aparente. Ejemplos de estos trastornos incluyen la fiebre familiar del Mediterráneo (FMF) y el síndrome periódico asociado con criopirina (CAPS).
- Enfermedades del tejido conjuntivo: Trastornos como el síndrome de Still del adulto y el síndrome de hiperinmunoglobulinemia D con fiebre recurrente (HIDS) pueden causar fiebre sin infección.
- Medicamentos: Algunos medicamentos pueden desencadenar fiebre como efecto secundario. Por ejemplo, algunos antiinflamatorios no esteroides (AINEs), anticonvulsivos y antibióticos pueden causar fiebre en algunas personas.
- Estrés físico o emocional: El estrés, ya sea físico (como una lesión grave) o emocional (como la ansiedad o el estrés extremo), puede elevar la temperatura corporal.
- Enfermedades del sistema nervioso central: Trastornos neurológicos como la encefalitis y la meningitis pueden provocar fiebre debido a la inflamación del cerebro o las meninges.
- Trastornos hormonales: Las enfermedades de la glándula tiroides, como la tiroiditis, pueden causar fiebre.
Es importante destacar que la fiebre persistente o recurrente sin una causa infecciosa aparente debe ser evaluada por un profesional de la salud, ya que puede ser un signo de una afección médica subyacente seria. El diagnóstico y tratamiento adecuados dependerán de la causa subyacente de la fiebre.